Quiero cerrar este año 2011, dando las gracias por la vida, por todo aquello que me rodea, por mi familia, amigos y amigas, compañeros, clientes de coaching… todos los que de alguna manera me enseñan a ser un poquito mejor y avanzar, no quedarme estancada sino crear cambios constantes.
Este año 2011 ha sido un año de trabajo interior duro consciente, pues cuando comencé el año me propuse por primera vez en mi vida abrirme a todo aquello que los demás quisieran darme con agradecimiento y tomando con respeto y aprobación. Mi camino ha sido duro, pues parece que uno interiormente se propone una cosa y da la sensación que todo el mundo lo sabe aún sin haber dicho nada.
Venían a mi, personas que sentían la necesidad de darme las gracias y yo como siempre, mi tendencia era a quitar hierro al asunto: “vah!!… no he hecho nada, solo señalarte el camino, lo más grande lo has hecho tu!!”, o también: “da las gracias a tu corazón que quiso…”. Pero he tenido que aprender a dejar que los demás expresen sus sentimientos de agradecimiento hacia mi y lo que en algún momento he podido hacer o decir que les haya podido ayudar, pues mi trabajo está en ello. Tomar todo ello con humildad y reconocimiento, pues solo así tendrá fuerza mi propósito en la vida.
Recuerdo cuando era niña, que me daba vergüenza que me hicieran regalos. Hasta una vez que vinieron a hacerme un regalo unas amigas de mi madre, me fui sin coger el regalo al baño muerta de vergüenza. Y el deseo de que la gente nunca me tuviera tanto en cuenta como para hacerme regalos, encubría de alguna manera mi timidez y mi cobardía para enfrentarme a las cosas sencillas de la vida y ponerme al frente de mi misma y ser quien soy con todos mis valores que se iban desarrollando.
Y curioso es, que la vida, por una causa o por otra, a pesar de que nunca me gustaba, me ha puesto siempre a la vista, con fuerte liderazgo natural, al frente de las cosas, de la gente, en los escenarios, no teniendo más remedio que exponerme y pasar esa vergüenza que me quitaba la vida constantemente y a la que le daba tanto poder.
El año pasado, me dí cuenta que era el momento de enfrentarme a esta historia, que aunque parecía estar superada habiendo solucionado mis miedos escénicos y relacionándome con normalidad y con cierta destreza socialmente, seguía ahí oculta pero insinuante cuando alguien me resaltaba por encima de sí mismo para darme importancia a mi y a mi trabajo con sincero agradecimiento. Y por este motivo decidí trabajar con constancia y relajadamente escuchar lo que la gente tenía que decirme y agradecerme en el momento que ocurriera. Sinceramente, nunca pensé que abrir esa puerta en mi consciencia hiciera que más gente que nunca se abriera a hablarme desde el agradecimiento o manifestara su gratitud de alguna manera o con regalos. ¡Yo no había dicho nada a nadie!… y yo solo había hecho mi trabajo.
El mes de abril, fue mi cumpleaños, y el lector que haya seguido durante todo el año mi blog, recordará que tuve una celebración sorpresa que me prepararon mis amigos y amigas (artículo de abril titulado “Llenar los años de vida”. Jamás olvidaré ese fin de semana… pero jamás olvidaré lo que sintió mi corazón cuando antes de entrar en mi casa vi un cartel que decía: “¿Estas lista para recoger lo que has sembrado?”… No pude evitar emocionarme, mis vellos se pusieron de punta, pues fue en ese momento cuando comprendí que el universo conspira con todo cuanto hay a tu alrededor para dejarte claro que estás en el camino correcto. Era el momento de recoger y agradecer también que todas aquellas personas me amaban y me aman y también son capaces de dar las gracias por mi. Como bien dije en uno de los primeros artículos al comenzar el año que ahora acaba: ”El dar gracias o ser agradecido tiene un gran poder”.
Este año, como siempre cuando termina cada año, hago una revisión y compruebo si me he desviado o he ido por el camino correcto de acuerdo con mi propósito. En el artículo: “Lo que recibes es lo que das” os comenté que hace años descubrí el sentido de mi vida, mi propósito, y por ello mi revisión va siempre entorno a ese propósito y a enfocar el año nuevo de manera que pueda perfeccionar y avanzar. Como también dije, cuesta moverse dentro de una experiencia nueva, adaptarse, comprender que ella misma te trae un aprendizaje y un avance, y por eso mi enfoque y mi meta me mantienen en la constancia.
A mi me tocó hace algunos años la lotería cuando supe cuál era mi propósito, y puedo decir que mi riqueza radica en ello, en todo lo que la vida me hace experimentar positivo y negativo en el empeño de realizarlo constantemente.
Para quien se esté preguntando, se entiende “Propósito” como la voluntad o intención de hacer algo. En el sentido en el que yo estoy hablando es la intención oculta del alma de cada ser que es lo que le mueve a lo largo de su vida, como si toda ella dependiera de realizar correctamente dicho propósito del alma.
En mi trabajo como Coach, me encuentro a menudo con personas que quieren hacer cambios en su vida. La primera necesidad es poner en orden las ideas, es decir, saber y tener claro lo que uno quiere. Yo creo que esto es lo más importante, pues ahí es cuando uno está preparado para descubrir su propósito. ¿Cuántos me habéis preguntado cómo podéis descubrir vuestro propósito en la vida?… y a todos os digo lo mismo, “pon en orden tu vida y dedica un largo tiempo a conocerte a ti mismo”. En el templo de Delfos el aforismo griego “Conócete a ti mismo” que está escrito en la puerta por los antiguos sabios, nos indica ya desde entonces la clave para que el ser humano encuentre sentido a su vida. Para ello, buen método es la Mayéutica que como bien sabrán o recordarán los lectores también hablé de ella en otro de mis artículos titulado: “Ejercer la Mayéutica”, la cual se ejerce en el coaching constantemente.
Para conocerse a sí mismo, es importantísimo conocer el sistema familiar propio, respetar y honrar cada parte de él, desde la comprensión (aunque a veces nos sea difícil), y sabiendo que cada uno de nosotros le es leal a una parte del sistema y que nos movemos por la vida con esa intención oculta. Eso nos lleva otro largo tiempo.
Los indicadores… ellos son los que nos avisan que nos desviamos del camino, que algo estamos haciendo mal, o que las circunstancias nos desbordan emocionalmente… Estos indicadores aparecen cuando nuestro cuerpo enferma. A lo largo de todo este año he escrito algunos artículos de metamedicina, donde explico que nuestro cuerpo habla porque no estamos atentos a nuestras emociones, y que hay que estar vigilándo, en observación constantemente.
Y en el camino nunca hay que dejar atrás las oportunidades. Estas aparecen para que solucionemos historias que pueden pertenecer al pasado y que por algún motivo no se cerraron correctamente, o para que avancemos. Hay quien dice que nunca hay que volver al pasado ni para tomar impulso. Pero yo creo que sí, que el impulso lo tomamos cuando vamos atando cabos, cerrando puertas (que a veces no recordamos que dejamos abiertas), solucionando, diciendo aquello que nunca dijimos por miedo, atrayendo recuerdos bonitos que nos hacen aflorar grandes sentimientos… todo ello hace que tomemos impulso y hagamos un avance.
No podemos obviar el pasado, pues gracias a él, estamos hoy presentes y ambos deben coexistir simultáneamente para que tengamos el futuro que deseamos. El presente es la oportunidad de cambio y el futuro es el regalo que a cada paso se nos va dando por aquello que en el aquí y ahora hacemos y creamos con nuestra mente, nuestro corazón y nuestros hechos.
Termina el año con una gran alegría y dejando en paz mi corazón con una situación del pasado que todavía estaba en el aire y que tenía la esperanza que algún día fuera resuelta. Cerrando etapas y abriendo nuevas!!… El reencuentro con una amiga del pasado con la que compartí mucho y en esta semana nos hemos visto y el abrazo fue tan grande que parecía que no habían pasado los años.
Y hablando de que parece que no han pasado los años… otra de las amigas que el pasado y el Facebook me ha traído a mi vida de nuevo es Marisol. Entramos de la mano en preescolar, fuimos muy amigas durante la etapa del colegio y desde entonces hasta hace 6 años nuestras vidas eran paralelas y por tiempos no perdíamos el contacto y volvíamos a retomar. Después de 6 años sin saber la una de la otra, nos reencontramos y ambas como si no hubiera habido separación alguna, retomamos el camino como si por nosotras no hubieran pasado los años y con la alegría de sentirnos en el mismo camino, con las mismas ideas y sentimientos, abiertas a experimentar la vida… como lo hicimos de niñas, con la sonrisa en el alma.
Termina un año muy importante para mi, con alegría y con mucha música también. He vuelto a los musicales y este año termino y comienzo con el Musical de Annie, que aunque me ha costado mucho esfuerzo y trabajo, y mucho de mi tiempo libre, ahora los éxitos me proporcionan gran satisfacción.
Dar fuerza a mis clientes y clientas de coaching y agradecer la oportunidad que me brindan de servirles de guía en sus caminos. Dar las gracias a mis alumnos, que tanto me abren el corazón y tanto amor me chispea cuando canto con ellos y les enseño a cantar.
Me agradezco a mi misma este año haberme dado más de aquello que me gusta y procurarme momentos de placer y disfrute, para compensar el esfuerzo y el estrés ocasionado en algunos momentos por mis trabajos. Darme las gracias porque sigo estudiando y trabajando mi mente así, aprendiendo cosas que completan más mi trabajo con los demás y mi profesión, todo cuanto yo puedo dar a los demás, gracias por mantenerte contenta.
Gracias a mis lectores, que me mantenéis a raya. Uno de mis trabajos internos es la trasparencia y la coherencia, y por vosotros y por todo cuanto hablo aquí sobre mi y sobre lo que pienso, siento y hago en mi vida, este blog existe, por la generosidad de vuestro tiempo cuando me leéis. Gracias, gracias, gracias.
Os deseo un gran año, lleno de aprendizajes, oportunidades, experiencias, avances, impulsos, locuras, amor, relax, disfrute, risas…
Paz en el corazón, amor en la mirada y sonrisas en la boca.
Os regalo un video que he encontrado de Eckhart Tolle que habla sobre “el Propósito”:
2 respuestas a EL PROPÓSITO