Creo en ti

Cansancio mental Blog de Marla

A veces llego por la noche muy cansada a casa. Agotada no solamente por el trabajo físico sino también por el estrés mental que a veces mi trabajo y mis proyectos me proporcionan.

Entro en mi hogar, mi templo, preparado para limpiarme de todas las toxicidades y serenar mi mente, mi cuerpo y mis emociones. Mi hogar lo creé así, fue un regalo para el alma.

No es fácil algunas veces, deshacerme de barullos mentales porque generalmente la gente aprovecha para hablar contigo cuando sales del trabajo, con lo cual, intentas desconectar y, sin embargo, sigues ahí enganchada.

Mi trabajo me tiene ocupada generalmente hasta en fines de semana, porque mi vida profesional va a caballo entre los procesos de coaching, talleres, mi trabajo de la voz y el mundo musical artístico. Y esto me mantiene de lunes a domingo bastante entretenida, teniendo que rebuscar momentos de descanso planificados en mi calendario.

A veces, me reboto y me enfado conmigo misma y siento ganas de abandonar, pero siempre una buena desconexión y unas horas de sueño, lo terminan limpiando todo. Sin embargo, hay ocasiones que despierto y el barullo sigue ahí, acechándome mentalmente y provocándome. Y en ese momento es cuando siento que necesito unos días de vacaciones.

Insight

El otro día me desperté y me sentí así. Sin embargo, mi día dio un giro inesperado. Una amiga me comentaba a las 8’00 de la mañana que tenía a su hijo en los pies de la cama diciéndole y que no tenía ganas de ir al instituto. Yo comenté: “Ay! Pobre”. Ella contestó: “Pobre yo ¿no?…”. A lo que yo le dije: “Pobre tu hijo”.

Esta sencilla, breve y extraña conversación, me trajo del pasado un recuerdo, una luz, un insight que me reveló algo de mi adolescencia, una visión interna que me rescató del estado de ánimo bajo con el que continuaba desde el día anterior.

Cuando yo era adolescente, me gustaban muchas cosas, mi vida siempre estaba entorno a la música. Lo mismo estaba en el coro de la parroquia que con los hippies de San Esteban tocando la guitarra y percutiendo algún cacharro o con los gitanillos detrás de mi casa escuchándoles cantar flamenco. Pero como todo joven, tenía que estudiar, me gustara más o menos.

Había días que tenía asignaturas que verdaderamente odiaba, como matemáticas, inglés, física-química, etc. Otros más entretenidos como la literatura, historia del arte, música, latín o griego que me gustaban más. Y así mis notas siempre eran muy dispares: o sobresalientes o suspensos.

Por las mañanas al despertar, en muchas ocasiones era una desgracia vivir y meterme en un aula con todos esos jóvenes y un adulto y vivir tantas horas sintiendo que perdía el tiempo. Aprender cosas que sentía que no me servirían para nada y que no me gustaban, era obligación y resignación. Y algo dentro de mí se revelaba y sentía ganas de ser libre, pero a la vez me sentía frustrada de no hacer en la vida lo que me gustaba, o estudiar ya aquello que quería.

En esos días que abría los ojos por la mañana y no quería ir al instituto, en mi mente se libraba una batalla, como una conversación entre la adolescente que era y alguna forma de consciencia adulta que habitaba en mí. Ella era la única que me sacaba de la cama y arrancaba mi motor de los deseos y de alguna manera hacía que encontrara la motivación para no perderme ni una clase. Y lo que siempre me convencía era la frase: “¡Animo!… Algún día serás adulta y estarás haciendo lo que te gusta de verdad. Aprovecha el tiempo para crear quien deseas ser y un día te verás siendo adulta y haciendo aquello que te gusta”. Y simplemente, en esos momentos, creía en mí y seguía adelante, como una manera de hacer camino en dirección a mis metas.

Y así, recordé el otro día mientras que esta amiga me decía cómo se sentía su hijo a los pies de su cama sin ganas de ir a clase y me sentí identificada con él. Sin embargo, este recuerdo me hizo ver que soy una adulta, que he crecido y que ¡estoy haciendo lo que me gusta!… ¡Qué maravilla!… ¡No me puedo quejar!… A pesar de mi cansancio, de mi estrés, y mis ganas a veces de abandonarlo todo, ¡estoy haciendo lo que me gusta!… Un privilegio que no todos tienen.

Seguir adelante

Y me doy gracias a mí misma, por haber perseverado, por haber aprendido de todo cuanto se me ponía en el camino, no solo de las matemáticas sino también del profesor de matemáticas, no solo de la desgana de ir a un instituto sino del propósito que está por encima del instituto, no solo del estado de ánimo algunas mañanas sino de la consciencia que me sacaba de ese estado, y así fui conociendo otros aspectos de la vida que son mucho más importantes. Y así fue como me hice una persona de fe y creí también en lo esencial que es invisible a los ojos. Una gran bendición del Universo que está para todo el que sabe mirar con los ojos del verdadero corazón.

Y esto dice tanto de mí y de mi espíritu libre… Que ahora entiendo por qué cuando persigo algo de verdad, nada me lo impide, salto obstáculos, los más difíciles los míos propios mentales y los menos, la gente pesimista, inconformista, la miedosa, la envidiosa, la insegura, etc que sin querer viven presos de sus propias batallas y creen que las suyas son iguales a las mías.

Obstáculos para llegar a la meta

Nada se me ha dado fácil en la vida, quien me conoce sabe el gran esfuerzo que todo me cuesta. Me da igual si los demás no creen en mí (aunque confieso que me gustaría), yo creo en mí y en la Consciencia Universal, y es lo que en realidad me importa.

Y muchas veces en el camino, canto la canción de mi juventud de Miguel Bosé: “Creo en ti”, porque creo en mí y por ello puedo creer en todo el que tenga un propósito en la vida, ya sea el mismo que yo u otro. Porque cada uno tiene su estrella dentro que brilla con luz propia. Y por eso creo en ti, como el sol cree en cada amanecer.

Gracias a todos los que me animáis constantemente a que escriba y me seguís. Vuestra calidez y palabras, me hace mantener vivo este blog y que compartir cuanto pienso, siento y hago tenga sentido.

Creer

Este blog tiene miles de entradas todos los meses, según estadísticas y vuestros privados. Este mes de Marzo mi blog ha cumplido 7 años y para mí es muy importante que todavía se mantenga activo. Gracias a todos los que compartís mis artículos y escribís lo que os hace sentir de todo corazón.

 

Gracias gracias gracias

 

Vive un proceso conmigo y sentirás que estás creciendo. Descubrirás las enseñanzas que tu maestro interior guarda para ti. Las respuestas están en nuestro interior, no busques fuera. El único maestro eres tú. Yo te ayudo a descubrirlo.
Sentir, pensar, decidir y actuar en equilibrio. Nada te hará sentir más satisfecho.
Coaching Holístico Sistémico.

Marla Sánchez
www.marlasanchez.com/blog
(+34) 637719945

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Acerca de MarlaCoach

Coach Holístico Sistémico. Mediadora. Facilitadora de Constelaciones Organizacionales. Capacitación Docente en Neurociencias Profesora de Canto Moderno y Vocal Coach y Artístico - Formada en Diagnóstico y prevención de Patologías de la Voz, Técnica Vocal y Respiración, Conocimiento y entrenamiento de la voz. Homeopatía especial Aparato Respiratorio. Naturópata Terapia del Tacto y Maestra de Reiki
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