A veces nos ocurre. Holgazaneamos, sí.
Aunque más bien lo considero una necesidad del ser humano de no hacer nada, de dejarse ir un poco del control, de la vida estructurada, de cumplir con las tareas, etc. Un poco de rebeldía no viene mal. Sí, estas Navidades pasadas me he entregado por completo al Netflix. ¡Quién me ha visto y quien me ve!… ¡Yo delante de la caja tonta!
Ahora me tiro de los pelos porque me tengo que poner las pilas. En el master que estoy realizando llevo mucho retraso y ahora todo el tiempo reservado para estudiar y realizar los trabajos que he perdido holgazaneando, lo tengo que recuperar. Volver a los horarios y centrarme en ellos.
Si a veces un poco de desorden me sienta bien, volver al orden me sienta fatal, porque tengo que luchar con el sentimiento de culpa y arrepentimiento y transformarlo en aceptación, respeto y ánimo para coger fuerzas y ponerme las pilas y estirar mis horarios para ponerme al día.
¿A quién no le ha pasado?
Sí, nos pasa a todos de vez en cuando.
A ponerse las pilas!!!… Adiós al anticoach!!…
Qué cohones!!! Holgazanear me ha sentado de maravilla!!!… Ahajajajjaja…